El momento del divorcio es posiblemente uno de los trances más significativos a los que un niño puede enfrentarse a lo largo de su vida. Es por ello que la capacidad, la aptitud y las herramientas con que cuenten los padres para conducir de manera adecuada el conflicto, va a resultar fundamental. Los niños suelen incorporar estos episodios a su comportamiento a través de la tristeza, por lo que resulta imprescindible conocer bien cómo actuar para que esta circunstancia de variación no les suponga un episodio traumático. A continuación, exponemos algunas claves importantes al respecto.

1.       Atención y comunicación

Los padres deben contar con la suficiente capacidad para anticiparse a las consecuencias emocionales que el divorcio va a tener para sus hijos, así que se vuelve más que recomendable conseguir que éstos ejerzan la comunicación desde el sentimiento y la necesidad. Una vez instalados ahí, se trata de analizar con precisión cuáles son las inquietudes de los pequeños, obviando los datos superficiales y tratando de no volcar sobre ellos las ideas propias sobre el divorcio. Todo ello, no cabe duda, desde el amor.
2.       La necesidad del asesoramiento

Bajo este panorama, resulta muy positivo contar con la experiencia de algún profesional que sepa ordenar eficazmente las ideas que tanto los niños como los padres experimentan en primera persona. Se trata de una orientac...