Nunca me he cuidado mucho, he de reconocerlo, he sido siempre bastante desastre, pero esto ha ido a peor desde que soy madre. Me da pereza todo, no me cuido, no tengo tiempo para mí, tengo la cabeza en otras cosas...

Me de dado cuenta de que estando yo mejor conmigo misma estoy mejor con la familia, con mi hijo. Si me cuido un poco, si me quiero más, con pequeños detalles alegro mi día y al final eso influye en mi estado de ánimo y mi forma de afrontar el día y de enfrentarme a los problemillas, a la rutina, a las rabietas de Víctor...
Son pequeños cambios los que se necesitan, yo lo he hecho de esta manera:
- Irme de compras y renovar mi armario. Esto lo hago poco a poco, porque me da mucha pereza ir de compras, pero precisamente por eso tengo ropas que ya no me valen porque o son de cuando estaba embarazada o de justo antes del embarazo. Aún no he recuperado mi peso y necesito ropa de mi talla. Verme con ropa nueva, (¡con ropa de mi talla!) me alegra el día. - He empezado a hacer ejercicio. Voy con un grupo de mamis a clases de hipopresivos, así consigo varias cosas, socializar con otras mamás, salir de casa y despejarme de mis rutinas diarias... y ponerme en forma. (Y con esto he cumplido uno de mis propósitos de año nuevo que me hice el año pasado).
- Me cuido la piel y me maquillo más. Si me conoces bien y me sigues en las redes sociales, seguramente ya sabrás que he empezado a trabajar con Mary Kay (otro de mis propósitos cumplido). Desde...