Tengo 26 años, dos hijas y un cuerpo ajustado a estas  dos condiciones, hace tiempo quería borrar la de madre, verme al estilo amas de casa de New Jersey pero no pude, la gravedad ganó y no pude ajustarme al estilo, así que comencé a justificarlo con la maternidad, bien dicen si no puedes con el enemigo, únete y  fue como me hice del peor  enemigo  que alguien pueda tener, su propio cuerpo.
Hace cuatro años que camino por los espirales de la maternidad, subiendo y bajando, gracias por el instinto materno que nos mantiene en esta tierra, tierra de la cual nos hemos separado, hoy buscamos en revistas de hojas brillantes la respuesta a la maternidad  y le prendemos veladoras a las imágenes de pixel.
Es curioso como todas hemos aprendido a andar fingiendo que sabemos lo que hacemos, lo que queremos, cuando en realidad hoy mas que nunca nos sentimos perdidas, inundadas  con tantas  cosas que hacer  por que  ya no basta con ser madre,  que cabe decir es toda una faena, debes ser la madre lactante/porteadora/pro colecho/ runner/ sin gluten/ feliz. Nos desvanecemos en las demandas, en las burlas de los escriben  los  10 pasos para ser feliz,  las recetas para sentirnos plenas después de ser madres. En el circo de la crianza es cuando nos solemos dar  cuenta que  nuestro  papel es el mas ambiguo de todos. Y bueno, tal vez a consecuencia de este subir y bajar ,de no encontrarme del todo cómoda con lo que veo y lo que soy, de leer que como yo muchas están h...