Actualmente, vivimos en una sociedad en la que estamos en constante movimiento, no tenemos tiempo para nada, queremos que nuestros hijos e hijas coman sano, casero y saludable, pero no hay manera, sobre todo cuando tienes peques a los que no hay forma de que tomen ciertos alimentos al natural, y hay que camuflarlos para que se los coman.

    Porque, por mucho que queramos, esos envases tan molones de los supermercados que salen en la TV, les vuelven locos, más que los trozos de plátano que nos esmeramos en colocar en forma de caritas sonrientes o  la papilla de fruta triturada que se ve en el bol sobre su trona o mesa.

   Y luego está, cuando en el cole nos ponen los menús diarios de meriendas de media-mañana, que si hoy fruta, zumo, lácteo, bocadillo, etc... Y yo, la verdad que cuando dicen lácteo, tiro de queso normal, quesitos en porciones, batidos, de yogures líquidos de beber o de bolsitas, porque pienso:
 "Si le llevo un yogur de toda la vida para que se lo coma con cuchara, no vuelve fijo y me quedo sin cubertería"

O

   "Si le llevo cuchara de plástico, al final es gasto económico y muy poco ecológico".

   Si toca salir de viaje,  y más cuando tienes Piratas con alergias alimentarias, ni os cuento lo difícil que es fiarte de algún sitio donde vas a comer o encontrar productos que puedan tomar, así que intentamos llevar siempre cosas casera...