En casa adoramos a los animales. Poco después de irnos a vivir juntos mi chico y yo, nos compramos un hámster. Le compramos una jaula superchula con muchísimos juguetes y una especie de valla para dejarlo suelto en casa y que no sirvió de mucho porque se escapaba de ella. Al final optamos por dejarle libre por la casa por las noches, mientras veíamos la tele y era supergracioso verle corretear por el salón, subirse por los cables a la mesa de la tele y de repente encontrártelo pasando por delante de la tele, jejeje!! 
   Al poco tiempo nos compramos un perro, un westy que entró en casa con apenas 3 mesecillos (creo recordar) El pobre hámster se pegó un susto que casi pensamos que se nos había muerto de la impresión, se pasó como 2 meses sin salir de su jaulita, aunque luego se acostubró al perro y volvió a ser el ratoncillo juguetón del principio.    Para la elección del perro tardamos más. Ya teníamos claro que íbamos a aumentar la familia (tener hij@s, me refiero) así que queríamos tener un perrito que tuviese un carácter tranquilo y paciente con los niñ@s. En la mayoría de sitios nos recomendaban los bóxers (tanto inglés como francés), buscando razas en internet nos enamoramos de la raza westy, nos informamos y también era adecuado para vivir con niñ@s, así que nos decidimos por esa raza. Nunca le hemos apartado de las niñas, ni siquiera cuando tenían días de vida. De hecho lo primero que hicimos cua...