Este mes en Madresfera es el mes #SINCICATRICES ,y es que no hay peor maltrato que el maltrato infantil. Y yo también quiero poner mi granito de arena hablando sobre ello.

Y es que todos nos escandalizamos cuando oímos hablar de mutilaciones a las niñas, de niñ@s abusad@s sexualmente, de niñ@s que tienen que trabajar desde edades muy tempranas por la extrema pobreza en la que viven, de matrimonios infantiles, de niños soldado o que pasan hambre por culpa de esta misma pobreza. Eso nadie lo pone en duda, nos parecen aberraciones que esas criaturas tengan que pasar por situaciones semejantes, y no es para menos. 
Pero yo hoy quiero hablar de otro tipo de violencia que pasa desapercibida, una violencia incluso aceptada socialmente por mucha gente, y que puede dejar cicatrices, sobretodo de esas que no se ven, de las mentales.  Y es que todavía se oyen comentarios del tipo que si "un cachete a tiempo", que "si no les pegas se te suben a la chepa", que "toda la vida se ha hecho así y nos ha ido muy bién"...De este tipo de violencia quiero hablar, de pegar a nuestr@s hij@s, del cachete a tiempo, del zarandeo, e incluso de la humillación en público.
Y soy consciente de que aún estamos en plena ebullición de la evolución, donde nos empezamos a escandalizar con la violencia hacia la mujer, pero parece que la violencia hacia l@s más pequeñ@s, que encima son l@s más vulnerables, la seguimos viendo normal. Y no nos engañe...