Me llamo Jane Goodall y tengo 80 años. Mi trabajo consiste en dar esperanza. Aprendí de mi madre lo importante que era apoyar al otro.
Cuando era niña mi madre apoyó mi locura por los animales. Cuando tenía 10 años quería ir a África y todos se reían de mí. Pero mi madre me apoyó y me dio un consejo. Me lo tomé muy en serio y siempre me lo repito: "Cuando se quiere algo, hay que trabajar para conseguirlo. Aprovechar las oportunidades y, sobre todo, no renunciar".
Ahora, tengo 80 años, pero queda tanto por hacer. Por eso, me encantaría retroceder y darme más tiempo. No sé cuánto tiempo de la vida me queda. Pero cada año que pasa me acerco al final, sea cuando sea. Me desespero, hay tantos lugares que visitar, tanta gente que ver, tantos corazones que alcanzar.
Uso las nuevas tecnologías como puedo y son bastante eficaces, pero no como el contacto físico. Estar cerca de alguien y llegar a lugares que parecen inalcanzables.
La educación no tiene nada que ver con lo que se aprende en la escuela. La educación es lo que se aprende con la experiencia. Y dura toda la vida. Cada día trae consigo una enseñanza, de la que aprendemos. Si estamos alerta, observamos, escuchamos y vivimos cada día como una aventura, aprenderemos algo todos los días.
Me hacen feliz cosas diferentes. Soy muy feliz cuando estoy sola en plena naturaleza. Me encanta y me hace muy feliz, Soy muy feliz con mis amigos, por la noche, alrededor de una hoguera contándonos cosas,...