Si hay algo innato en insaciable en esta vida, es la curiosidad de los niños. Es de primero de padre/madre saber que, tarde o temprano, te enfrentarás a la archiconocida etapa de las mil y una preguntas y porqués. Unas veces sabrás la respuesta, otras te la inventarás, pero lo más importante es que para tu hijo tu serás la persona más sabia del mundo, lo no dudes.

Cuando yo era pequeña devoraba todos los libros que caían en mis manos y tenía mis preferencias, además de la suerte de una abuela que no le temblaba el pulso a la hora de comprar libros, colecciones y enciclopedias a mansalva. La buena mujer y mejor abuela del mundo era ciega, y pese a no poder leer, nunca le faltaban excusas para comprar libros.

Recuerdo todo tipo de colecciones y temáticas en la librería de mi casa pero si hay una de la que guardo gran recuerdo, y que mataría por recuperar, es una que se titulaba "Dime..." y estaba compuesta por 10 tomos que respondían a muchas de las preguntas típicas de los niños.
Yo, ávida lectora y curiosa insaciable, no podía esperar menos que alguno de mis hijos salieran a mi. Sí, es un denominador común a todos los niños que nos frían a porqués, mi niña lo hace tanto o más que mi mayor, la diferencia está en el tipo de porqués y el compromiso en el que te ponen para responderlos. Mi mayor es de los que preguntan cosas rebuscadas, de infinidad de temáticas y además espera que yo lo sepa todo.

Y no señor@s, servidora ...