Hace unos años, cuando ni siquiera nos planteábamos la posibilidad de tener hijos, hablamos con una pareja que sí estaba en esa tesitura. Me resultó curioso porque ante la idea de tener familia primero mantuvieron una conversación con sus padres, los futuros abuelos. Les plantearon que tendrían hijos si podían contar con su ayuda, ya que ambos trabajaban, y abordaron también qué tipo de educación les iban a dar.
En su momento me pareció una postura exagerada, nosotros pensábamos tener familia independientemente del apoyo recibido y los educaríamos como mejor nos pareciera. Con los años he entendido que su postura fue acertada. Los abuelos muchas veces no solo están ahí para malcriar a sus nietos y darnos de comer los fines de semana. Si vamos a necesitar que sean ellos los que cuiden a nuestros hijos a diario qué menos que preguntarles qué les parece y además acordar unas pautas mínimas en cuanto a su educación. No hay que olvidar que nuestros padres ya pasaron por eso, ya fueron los malos en multitud de ocasiones y cargaron con la responsabilidad de educar niños. Cuando les pedimos que ahora se encarguen de los nuestros les estamos pidiendo realmente que renuncien en parte a la faceta de abuelos, la más agradecida, que renuncien a malcriar, a consentirles todos los caprichos y a jugar sin que haya nada más importante.
Por eso abordar este tema desde el principio va a ser básico si queremos evitar problemas posteriores. Pongamos por caso que defiend...