Dentro de nada van a comenzar a llegar circulares informando de que las excursiones, acampadas, convivenvias y campamentos están al caer.   Es un hecho.   Llega el buen tiempo y las salidas escolares, y con ellas un despliegue que no te quiero ni contar: mochila, bolsas, fiambreras, cantimploras...todo para un día. Y si además implica hacer noche ya nos encontramos con las mudas de ropa, zapatillas, neceseres...   Los recuerdos que tengo de mis primeras acampadas son de mi madre metiendo esas mudas "por si acaso" que hacían de las mochilas una carga con el doble peso de mi menudo cuerpecillo y estar cose que te cose bordando todas y cada una de las prendas. Y  por si eso fuera poco, ideando la manera de tallar en cubiertos y botellas los nombres e iniciales mías y de mi hermano. Misión titánica que le llevaba horas, Y así un año tras otro.    Y es que con los niños cualquier precaución es poca porque es fácil que pierdan unaa sudadera, o se equivoquen y traigan otra, o exravíen un estuche. Y hablo por experiencias de los tres.  Cuando preparaba las cosas para el comienzo del curso iba loca buscando marcadores que aguantaran, porque los que había usado (de una conocida marca) se habían despegado o eliminado la tinta a base de lavados.   Me negaba a pagar un dineral porque una señora me bordara prenda por prenda, qué queréis que os diga. Y entonces, buceando por la red encontr...