Si me hubieran dicho que a los 26  iba a tener dos hijas, 4 años de casada e iba a  vivir en provincia me hubiera hechado a reír.
Nada de eso era para mi, yo estaba hecha para el éxito, tenía en puerta un futuro prometedor, grandes logros, el mundo me esperaba, para mi no era eso de echar raíces mucho menos el matrimonio, yo era todo aquello que me habían dicho que sería y sobre todo yo controlaba mi destino.
Pero  a unos días de cumplir 26 años estoy justo donde jamas pensé que estaría y me siento justo como jamás pensé que me sentiría. Es extraño como cambia la vida en un instante, yo creía que tenía mi futuro controlado, que sabía a donde iba y sabes ahora me doy cuenta que siempre estuve muy perdida,  sabía lo que los demás querían de mi, pero yo no sabía que es lo que yo quería de mi. Ahora que los 30 comienzan a coquetear conmigo empiezo a preguntarme por mi pasado, no con el afán de encontrar respuestas quizás solo por la curiosidad de saber que pasó. Siempre fui una niña fantasiosa, llena de historias que contar, al crecer eso no cambió pero me parece que las fantasías comenzaron cubrir la realidad, me hirieron y  herí, tome malas decisiones, no estuve con quien debí estar, llore e hice llorar, me arrepentí, me han hecho feliz y he dado felicidad. Por mucho tiempo me aferré a ser la misma de mis 18 quería que mi cuerpo, mis relaciones, mis amistades todo fuera como en esa etapa y lo que ocurría es que me sentía siempre infeli...