Hace un par de semanas la marca de kiwi Zespri nos invitó a un taller de cocina en la escuela Cocinea (calle del Plomo, 10), al que podíamos acudir con niños. Como a Olivia eso de ponerse manos a la masa le encanta, le propuse el plan y aceptó encantada. El objetivo del taller era presentarnos las bondades del kiwi en general y de la variedad SunGold (la amarilla), en particular, además de darnos ideas para introducirlo como ingrediente en recetas saladas. La clave es dejar de verlo como una fruta para el postre. Eso sí, antes de usarlo hay que verificar que esté en su punto. La diferencia de sabor entre uno y otro es que si el verde tiene un toque ácido, el amarillo es dulce y tropical.  Se puede trocear como prefieras, aplastarlo para usarlo en salsas, triturarlo para hacer batidos, sopas frías, gazpachos e incluso saltearlo unos segundos. ¡Solo se necesita imaginación (o un recetario como el que nos regalaron)! Dos fueron las recetas que preparamos en el taller, con ayuda de la ?chef? Catalina Brennan, brochetas de pollo y kiwi y uramaki con gambas. El primero se nos dio de maravilla pero el segundo nos costó más, aunque al final conseguimos enrollarlo y que quedara decente. Otro día en casa, tirando del recetario y hice ensalada de lentejas, kiwi, rúcula y pistachos. ¡Riquísima!

 

El kiwi, una superfruta
El kiwi es una fruta muy interesante debido a su alto valor nutritivo. Destaca por su alto contenido en vitamina C, su aporte de agua y fibra...