Los recién nacidos son totalmente dependientes. Esa verdad es absoluta y los bebés demandan, tras su nacimiento, mucho amor, mucha protección y seguridad. Según crecen, ¡y a qué velocidad lo hacen!, ya nos van necesitando cada vez menos, pero que caminen solos, que vivan aventuras descubriendo el mundo, no significa que hay que dejar de darles ese amor, esa seguridad y esa protección habitualmente traducida en brazos y abrazos. 

Aunque os pueda sonar extraño y a una enfermedad vinculada a la etapa adulta y al exceso de responsabilidades laborales, personales y profesionales, los recién nacidos también pueden padecer estrés. Sí, ahí donde los veis, tan pequeños...

CAUSAS DEL ESTRÉS EN BEBÉS 
Desde que nacen y hasta los 6 meses aproximadamente, las necesidades de vuestro peque son tanto físicas como emocionales y es imprescindible y súper importante satisfacerlas: 
-Necesitarán contacto cuerpo a cuerpo, piel con piel-Buscar su mirada-Sonreírle -Darle de comer-El sueño-La evacuación-Los juegos y momentos divertidos de aprendizaje y evolución. 

El hecho de no satisfacer alguna o varias de estas necesidades básicas para el recién nacido puede ser causa de estrés infantil. Por poner un ejemplo: el dejar de llorar a un bebé hasta que se duerme solo o forzarlo para conseguir determinados logros. Los síntomas que podría llegar a presentar el recién nacido estresado serían: rigidez de brazos y piernas, rechazo ...